¿Que es la gestión emocional y como influye en nuestra vida diaria?

La gestión emocional es el arte de no explotar (o al menos intentarlo bien duro)

¿Alguna vez te ha pasado que alguien se te mete en la fila del tráfico en alguna entrada de cualquier avenida principal y sientes cómo tu sangre empieza a hervir pero logras sonreír y pensar “tranquilo cabrón, no vale la pena ha de tener ganas de ir al baño”? Si es así, ¡felicidades!!! ya practicas de manera magistral la gestión emocional…suponiendo que si te tranquilices. Si no, bueno, probablemente terminaste diciéndole al tipo que chingue a su madre y provocaste en él enojo suficiente para contestarte exponiendote a ti y a los que viajan contigo.

La gestión emocional es en pocas palabras la habilidad de reconocer, comprender y regular nuestras emociones para que no sean ellas las que nos manejen a nosotros, sino al revés. Daniel Goleman el papá de la inteligencia emocional lo define como parte esencial de esta inteligencia, destacando que no se trata de reprimir lo que sentimos, sino de entenderlo y canalizarlo de forma constructiva y en nuestro beneficio.

¿Cómo influye esto en nuestra vida diaria? De muchas formas. Por ejemplo, imagina que tienes un día horrible en el trabajo; llegas a casa y tu pareja te pregunta si puedes sacar la basura. Sin una buena gestión emocional podrías responder algo como: “¿La basura? ¡Mi vida es basura!”, generando con esto una pelea épica con tu pareja o por lo menos provocando en él o ella un sentimiento que no quieres a la hora de ir a la cama, y menos por algo tan simple como un bote de basura lleno. Con una gestión emocional adecuada podrías simplemente decir: “Claro amor, ahora mismo lo hago”, comprendiendo que esto es en beneficio tuyo y de tu relación, además de que es benefico para el olor de la cocina.

Expertos como Travis Bradberry coautor de “Emotional Intelligence 2.0”, señalan que las personas con una alta inteligencia emocional suelen ser más exitosas tanto en el trabajo como en sus relaciones personales, ¿y suena lógico no?.

Ejemplos de gestión emocional hay por todos lados y todos los días. Este tipo de control no se trata de ser un robot sin emociones, se trata de no permitir que un enojo momentáneo o una tristeza profunda dicten cómo vas a reaccionar en situaciones cotidianas.

Recuerda que lo importante no es lo que te pasé sino como reaccionas ante eso que te sucede.

En conclusión, la gestión emocional es como el cinturón de seguridad de nuestra vida diaria: no siempre lo notamos pero cuando las cosas se ponen feas nos puede salvar de un buen golpe. Y si todo falla, recuerda contar hasta diez es gratis y nadie ha sido demandado por respirar profundo y tomarse un tiempo para pensar y actuar de forma conveniente.

Existen mucha herramientas simples y efectivas que puedes utilizar en tu día a día para gestionar tus emociones de manera más saludable y efectiva. Aquí te comparto algunas que a mi me han dado resultado y que han hecho una gran diferencia al momento de reaccionar en mi vida:

1. La Pausa Intencional:

• Antes de responder a una situación estresante tómate un momento para reflexionar. Literalmente cuenta hasta 10 y después resuelve o contesta.

• Esto te da tiempo para que la emoción inicial (normalmente reactiva) se asiente y puedas responder de forma más racional después de haber análizado lo que te está sucediendo y resolviendo cual es la forma más conveniente de reaccionar.

2. El Humor como Descompresor:

• Cuando te encuentres en una situación tensa trata de encontrar el lado divertido (sin sarcasmo destructivo…o si un poco). No se trata de resolver el problema a base de risa, solamente se trata de restarle peso con humor.

3. Cambia de Perspectiva:

• Pregúntate: ¿Cómo vería esto en un mes o un año? Muchas veces lo que parece el fin del mundo hoy será irrelevante en el futuro. Como decía mi amigo el Pancholín “piensa que esto es algo por lo que hoy lloraremos pero mañana nos reiremos”.

4. Técnica del “Time Out” Personal:

• Si sientes que estás a punto de explotar aléjate un momento sin responder nada a nadie. Puedes ir al baño y lavarte con agua fría la cara, o a la cocina para prepararte algo mientras le echas una buena pensada a las cosas, ir a mirar por la ventana en silencio o simplemente salir a caminar un buen rato. Esa distancia física te ayuda a tomar distancia emocional y a enfriarte.

5. El Poder del NO:

• No tienes que decir que sí a todo. Aprender a poner límites ya que es una forma poderosa de evitar situaciones que te generen emociones negativas en un futuro.

Implementar estas herramientas en tu vida no requiere mucho tiempo ni dinero pero sí un poco de práctica y constancia, lo bueno es que como cualquier habilidad mejorarás con el tiempo de eso puedes estar seguro.

Contactáme para platicar mas del tema: rafaelibanez@rafaelibanez.com.mx

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *