LA DISCIPLINA HACE LA DIFERENCIA

                              

Disciplina: La diferencia entre querer y lograr

La disciplina no lo es todo pero es lo que mas ayuda para administrar tu vida. Es la capacidad de actuar de manera ordenada, perseverante y constante para alcanzar un objetivo siguiendo reglas o normas establecidas, ya sean impuestas externamente o autoimpuestas. Implica autocontrol, constancia, perseverancia y responsabilidad, permitiendo con todo esto mantener el enfoque y la dedicación en tareas o hábitos que conducen al crecimiento personal, profesional o social.

Decía Aristóteles que “somos lo que hacemos repetidamente; la excelencia, entonces, no es un acto, sino un hábito”. Y vaya que el hombre tenía razón ya que la disciplina no es otra cosa que el puente entre nuestras intenciones y nuestros resultados. Es ese motor silencioso que nos impulsa a hacer lo que se debe hacer, incluso cuando no queremos hacerlo.

Disciplina en el trabajo?: El arte de no depender del lunes

Pensemos en dos trabajadores. Primero está Disciplinovio: llega temprano, cumple con sus responsabilidades y todavía le sobra tiempo para tomarse un café sin estrés. Luego está Desmadrotón: llega tarde, trabaja a medias y termina quedándose horas extra porque “se le hizo tarde”. Ambos tienen el mismo tiempo y las mismas herramientas, pero solo uno de ellos tiene disciplina.

El mundo laboral, empresarial y personal no perdona a los desordenados. La falta de disciplina genera retrasos, errores y una agenda que parece el tráfico de la Ciudad de México a las 7 a.m.: caótica y sin salida. Según estudios de la Universidad de Stanford los empleados con mayor autodisciplina tienen un 33% más de productividad y menos estrés laboral. Es decir, la disciplina no solo te hace rendir más sino que te permite trabajar sin sentir que un ataque de pánico está a la vuelta de la esquina.

Disciplina en la vida personal?: Evitando el “ya Mañana empiezo”

Ahora hablemos de la vida fuera del trabajo porque la disciplina no se toma descansos. ¿Cuántas veces hemos dicho “mañana empiezo la dieta” o “el lunes voy al gimnasio”? El problema es que ese “mañana” se convierte en nunca y en su lugar aparecen más tacos y menos ejercicio.

Ejemplo sencillo: María desea correr una maratón. Comienza entrenando todos los días, aunque al principio apenas aguanta diez minutos. Pero insiste, se disciplina y después de meses logra correr 42 kilómetros. Mientras tanto en un mundo de indisciplina y autocomplacencia su amigo Luis también quería correr una maratón, pero se conformó solo con comprar tenis carísimos que nunca usó (solo los uso en fiestas para padrotear). La diferencia entre ambos no es el deseo ya que los dos tenían un genuino deseo de correr una maratón, sino la disciplina de convertirlo en acción.

Conclusión: Sin disciplina hasta la Suerte se Aburre de ti

La disciplina es ese amigo que no te deja quedarte en la cama cuando deberías estar haciendo ejercicio, es el coach que no te aplaude excusas y es la voz interna que te recuerda que los logros no caen del cielo, se construyen. Sin ella todo queda en buenos deseos como los propósitos de año nuevo que duran menos que un teléfono sin carga. Así que si quieres lograr algo deja de esperar “el momento perfecto” y empieza ahora. Porque como dijo un sabio contemporáneo: “Las ganas se acaban, pero la disciplina no falla” (el que entendió entendió).

Al final del día caerás en cuenta que mientras más disciplina tienes trabajas más y mejor y por lo tanto más suerte tendrás.

rafaelibanez@rafaelibanez.com.mx

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