Ah mis queridos mentees, el eterno dilema entre “ponerse en marcha” y “actuar”. Dos conceptos que suenan casi como sinónimos pero que en realidad tienen una diferencia abismal, y sí, esa diferencia podría ser justo la razón por la que no has logrado ese gran proyecto o meta que llevas arrastrando como si fuera la cobija vieja y sucia.
Como dice el gallego vamos, ver, mirar; “Ponerse en marcha” es ese momento en el que te preparas para hacer algo. Es como cuando te sientas con tu cafecito caliente, abres la laptop, organizas tus archivos, buscas una playlist motivacional y, sin darte cuenta, ya pasaron dos horas y lo único que hiciste fue acomodar los íconos del escritorio. Es básicamente el calentamiento previo, el “ya casi empiezo”, el clásico “mañana empiezo la dieta”. James Clear autor de “Hábitos Atómicos”, habla de este fenómeno cuando menciona la “procrastinación en modo productivo”. Sí, suena bonito, pero sigue siendo procrastinación. Te comento que la procrastinación (del latín procrastinare: pro, ‘adelante’, y crastinus, ‘mañana’), es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables por miedo a afrontarlas o pereza a realizarlas.
Por otro lado “actuar” es cuando realmente te pones manos a la obra. Es el equivalente a dejar de ver tutoriales en YouTube y realmente comenzar a escribir esa presentación que tienes pendiente, podemos decir que es cuando tu cerebro se conecta con tu voluntad y dejas de ser un espectador de tu propia vida. Steven Pressfield en “The War of Art” llama a esto “vencer la resistencia”, vencer esa fuerza invisible pero brutal que te mantiene atrapado en la preparación eterna.
Ahora bien, ¿qué es mejor? Sin rodeos y sin pensarle mucho actuar es y será mejor siempre. Prepararse está bien pero si nunca te lanzas es como tener el coche siempre en neutral esperando a que caliente, mucho ruido y gasto de combustible pero no te mueves. El verdadero avance viene con la acción, no con la planificación infinita.
Veámoslo en ejemplos comunes:
En el ámbito laboral ponerse en marcha es ir a todas las reuniones de planeación del proyecto, tomar notas, hacer preguntas inteligentes, pero nunca aterrizar nada. Actuar en cambio, es regresar a tu lugar, abrir el Excel y empezar a meter los números. ¿Te van a quedar mal las primeras fórmulas?, probablemente pero ya diste un paso real y lo que queda es corregir y seguir avanzando.
En el plano personal ponerse en marcha es comprar todos los implementos de cocina fitness, seguir cuentas de nutriólogos en Instagram y leer etiquetas de productos bajos en calorías. Actuar es que cuando abres el refrigerador a las 3 de la tarde,en lugar de devorar esa rebanada de pastel de tres chocolates te haces una ensalada. Sin filtro, sin drama, directo a la acción.
¿Y cuál de estas aplicamos más? Tristemente mis queridos mentees la mayoría de las veces solo nos ponemos en marcha. Nos encanta hacerle a la mamada por aquello de la sensación de movimiento sin avanzar. Es como estar en una caminadora: mucho esfuerzo con cero desplazamiento.
Conclusión: Si siempre te estás “poniendo en marcha” pero nunca actúas eres algo así como un zopilote estreñido, planeas mucho pero no obras. Así que, menos preparación y más acción porque como decía la abuelita de alguién que no conozco: “Mijo el que mucho se persigna poco reza”. Y al final yo creo que es mejor rezar poquito que quedarse solo haciendo la señal.
Existen muchas herramientas simples y efectivas que puedes utilizar en tu día a día para actuar en lugar de solamente ponerte en marcha. Aquí te comparto algunas que a mi me han dado resultado y que han hecho una gran diferencia al momento de generar cambios verdaderos en mi vida:
1. Hazlo Público (Accountability)
• Dile a alguien lo que vas a hacer y cuándo lo vas a terminar. El compromiso social es un excelente motivador para pasar a la acción.
2. Reduce las Opciones (Menos es Más)
• Muchas veces no actuamos porque estamos decidiendo entre muchas opciones. Limítate a una o dos acciones posibles por día, mo pongas en el plato más de lo que puedas comer.
3. Crea un Ritual de Inicio
• Establece un pequeño ritual para empezar. Por ejemplo, siempre que quieras escribir pon una canción específica. Esto condicionará a tu cerebro a pasar a la acción cada vez que escuchas esa canción.
4. Mide el Progreso, No la Perfección (De inicio, tampoco seas mal hecho)
• En lugar de preocuparte por hacer todo perfecto enfócate en completar tareas que vayas revisando y corrigiendo en caso de ser necesario. Recuerda que es mejor un avance perfectible que una preparación perfecta sin acción.
Implementar estas herramientas en tu vida no requiere mucho tiempo ni dinero pero sí un poco de práctica y constancia, lo bueno es que como cualquier habilidad mejorarás con el tiempo de eso puedes estar seguro.
Contactáme para platicar mas del tema: rafaelibanez@rafaelibanez.com.mx